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Mi blog. Un espacio en donde expondré muchas de las cosas que me gustan, disgustan e impactan.

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paredes en blanco por toda la casa, en blanco como ha quedado mi mente. un color marfil jaspeado se atreve a irrumpir en su virginidad por un rincón del comedor, una caja pesada y mortuoria, la nueva casa donde ahora descansan las cenizas de mi abuela. hace dos meses murió, se fue de esta casa, su refugio y templo castrense. jamás en toda mi vida había considerado esto posible pero recordé que soy humano, algo  que suelo olvidar muy a menudo. mi mente sigue en blanco con mareos entre tanta libertad y nueva y antigua frustración.

había perdido, tal vez por puro orgullo, la capacidad de sorprenderme y es que era algo más allá de ver lo agradable de todo, sonreirle y sentir que me hace feliz. esto era ver lo genuino de las cosas y aceptar con emoción lo resaltante. durante muchos años, acepto que siento estar viviendo un sueño, un sueño eterno en el que nunca quize despertar por miedo a lo que vería. claro, las cosas suceden aun, tengo éxitos, fracasos, sueños, problemas, festejos y necesidades, pero siento que no soy yo mismo, que estoy sumergido en una niebla gris de la no he querido desprenderme por mucho tiempo. hoy cuestiono este fenómeno, que por más fantasioso que suene, ha sido benigno y maldito a la vez. no quiero seguir acá, pero por dónde escapar en esta niebla con vida propia, capaz de sumergirme más en ella si es que avanzo sin brújula entre ella.


la mañana siguiente me desperté mareado, muy embriagado y confundido sobre lo que estaba pasando. estaba en mi cama, amigos, luz matutina, voces cerca a mi puerta. al revisar mi casa sólo existía un escenario: destrucción. cintas de plástico amarillas en el suelo resfregado por tierra, alcohol y vómito rancio, vasos acrílicos en pedazos, vidrios rotos, restos de globos metálicos a color, botellas de vidrio vacías, vasos y jarras rotas e incluso verduras y frutas trozadas por todo lado. era un sueño hecho realidad, una maravilla. luego de semanas de preparación, había hecho una fiesta, mi primera fiesta en mi casa, luego de tanto tiempo, tantos años, tanto sufrimiento por la castración, por la violencia, el miedo, ahora eramos libres. libres. luego de un rato, busqué mi celular y llaves, todo perfecto. mis documentos estaban perdidos, como si hubiera, figurativamente, dejado de tener identidad desde esa mañana. para las siete de la noche había llorado mucho desde un dolor de esos que no nacen de hoy, sino de todas las veces que haz silenciando a ese argumento justo, pero que no puedes complacer. Qué había hecho de mi vida. Era como si luego de haber ido contra la corriente desde mi formación, finalmente pudiera llegar a otro caudal, y viéndome en éste no sabía ya qué más hacer, no estaba preparado para esto y no sabía por dónde empezar, ni cómo. no tengo amigos, ni sé cómo hacerlos y creo necesito cambiar. si bien toda mi vida busqué algo, ahora que está acá, no sé cómo manejarlo, me estoy perdiendo en este gran salón en el que ya todos saben cómo bailar y a mi se me va acabando el tiempo tan sólo para ensayar. estoy desesperado. perdido y desesperado.

a los 16 años todo era más fácil, tal vez a esa edad yo me ayudaba más, tal vez no estaba tan loco como lo estoy ahora. yo sabía dónde ir, cómo conseguir lo que me hacía feliz, de qué manera funcionaba y lo mejor de todo, era que cumplía su función. siento como si yo mismo me hubiera sumergido la cabeza en una balde de agua tibia durante años, sin respiración, sin escape, ahogándome aun más en mis adormecidos sueños tal vez para aturdirme más y esperar que los malos ratos pasen, momento en el cual volvería a respirar con tranquilidad y superación.

y ¿qué si me convertí en un cómodo habitante de la desesperación? ¿qué hago si ya no sé cómo salir de acá? ¿cómo se respira? ¿puedo acaso hacerlo solo? siempre he tenido una necesidad por hacerme el fuerte, el infalible, el sabio, el coherente, pero en realidad yo no sé nada. soy sólo un niño asustado frente a una vida que me queda muy grande. maldigo mi falta de dinero, la falta de un papá, de una familia, la falta, incluso, de mis propias habilidades que olvidé ensayar para estar tarde. me sudan las manos frente a lo que quiero, no voy tras las cosas que necesito, tengo temor a fracasar y quedarme solo y sin lo poco que ahora tengo. no sé hacia dónde ir, ni cómo salir de acá, preferiría dispararme y escapar.

todo lo que tengo, tan sólo necesito olvidarlo. estoy cansado de todo lo que he hecho por 20 años, no me ha gustado, al final. ya no tengo miedo a que me juzguen, me descubran, pues ya no quiero caerle bien a todos, ya no busco amigos luego de una sonrisa,  ya no invito a gente a salir o les saludo para conservar los vínculos. la amistad es algo muy relativo. ya no necesito imaginar que soy el mejor, porque no lo soy y así estará mejor.
Síguela...
Después del Pachacuti.
me acomodo el polo antes de empezar a escribir esta tarde esperada, y es que dos años después, esto no es una tarea regular. Han pasado tal vez, la mayor cantidad de cosas influyentes que hayan aparecido juntas en estos dos años, que en cualquier otra etapa de mi vida. Desmembraremos en poco, imaginen.

Me hallé perdido, totalmente perdido, como nunca antes, tal vez. Sin refugio, pero con esperanza urgé en internet, en esa fuente a la que siempre le estaré agradecido y decidí utilizar mis redes sociales olvidadas, entre ellas, twitter. Emergente página minimalista que te animaba desde un fondo celeste y sin un fin muy claramente definido, a 'twittear' o mejor dicho, enviar SMS a un foro de 'amigos'? Algo que hoy entiendo es que si no te actualizas, mueres. Más de 50 personas en Lima hoy son parte de mis amigos twitteros, muchos de ellos, excelentes seres humanos, tan iguales a todos nosotros tanto como nosotros mismos.

Fue desde ahí que como una catarata inmensa las cosas empezaron a darse parte 1: amigos, salidas, alcohol, fotos, más amigos y la parte 2: amigos, salidas, alcohol, fotos, más amigos (aquí insertamos parte 1 en parte 2), etc, etc. Una maravillosa escena se daba frente a mis ojos, lograba volver a hallarme entre todo mi mundo, ese mundo infalible a la mi decepción, siempre tan adecuado y construido a mi medida, bien para hacerme sentir normal o bien para confirmarme lo solo que estaba del sistema social que veía.

María José, mi mayor pilar en mi vida social y personal había muerto. muerto para mis ojos que ya no podrían verla en las noches comprando tragos baratos o danzando sin control entregándose a mis brazos enredados a su cadera, rodeados de nuestro mundo e historias adolescentes tan fáciles y tan dramáticas a la vez, experimentando con nuestras vidas y sentimientos. Debía volver a su país, luego de más de 15 años de residir en Lima y contarme con tanto placer sobre lo increible que se la pasaba en las vacaciones que obtenía junto a su familia en la tierra que extrañaban, cada dos años. Una vida muy inestable apareció ante mi, entre un futuro académico incierto y una vida social de plástico color pastel.

Sin embargo, no me estaba yendo mal, me recuperaba junto a diferentes formas de ver la vida, diferentes maneras de interpretar lo que sucedía, pero con una historia idéntica, la del internet y la de la sensación de ser parte de esta primera generación del social media a cada hora. No puedo negar que Luego de 4 años de estar al lado de una chica, compartir con tanta confianza junto a amigos afines era muy satisfactorio.

Sonrisa adorable, altura adecuada y un gran lago en sus ojos, de esos que al ver sientes que la persona que porta esa marca es realmente especial. Elementos suficientes para dejar de pasar desapercibida su presencia y migrarla al conocido estado de observación seductora, y fue mutuo.
Decadente, libre, gracioso y lindo, junto a su parapsicológica forma de bailar y la constante energía que portaba para hacer a la gente feliz, me cautivó al instante, tal vez soy onanista inconscientemente pero me recordaba mucho a mí, a la manera en la que veía la vida en ese momento! era la persona que estaba buscando para mí. Todo un niño loco.

Ha pasado un año con 7 meses, y aun estoy de acuerdo con lo que pensé al inicio, a excepción que es todo eso y mucho más, uno lo va sabiendo a medida de conocer a alguien y no creo pueda cambiar de opinión, pese a los recuerdos de tantos problemas pequeños, medianos y grandes que hemos tenido, y el impacto social que causan estas dramáticas turbulencias en nuestras relaciones sociales, hemos crecido balanceadamente, tal y como todo el resto de amigos, a los que, incluso, logro ver más humanos y mundanos de lo que pensaba antes. Es difinitivamente mejor darme cuenta que todo es normal en este mundo.

Paso actualmente por un proceso de infarto, por qué no aceptarlo, de shock al notar cómo el tiempo ha pasado. Tener mi primer trabajo con todos beneficios laborales de ley, me había provocado, finalmente, darme el último empujón y mirar hacia atrás entre tanto confuso recuerdo que ha comido junto a mí, que logré entender y despedir durante mucho tiempo. Cosas tan fundamentales como crecer, soñadas como volar y hermosas como el amor. Aprender a entender lo que es realmente una relación, una promesa, un compromiso, un horario, un valor, un deber, una buena noche, una imagen social, el verdadero valor de no prejuzgar, entre millones más.

Mi equipaje en una recipiente de plástico avanza entre una misteriosa estructura metálica, pasaporte final para enrumbar por los aires, por primera vez; mi corazón palpitaba jadeante, mi cuerpo nervioso caminaba torpe y ansioso por zonas desconocidas del aeropuerto de Lima, era tiempo de embarcar hacia un sueño, gracias a la ostentosa inversión que hago sin mirar a la cara mi creciente economía. Un viaje en avión con ventana es una de las cosas más increibles que un primeriso navegante de los cielos puede experimentar, pero no si su vuelo es de madrugada, entre angustias, emoción, sueño, sorpresa y dos whiskies con una copa de vino tinto.

Pequeños recipientes de plástico, pero suficientes para darme la dosis exacta que me llevaría a Santiago de Chile a las 5:30 am, luego de una cómoda siesta y un intenso e irónico frío de verano. La Policía internacional fue un juicio filmado e indiferente, encontrar mi maleta fue menos traumático de lo esperado y ver a María José otra vez en medio de una hermosa mañana sureña, junto a su padre, hoy menos temido por mí e incluso sorprendentemente hoy más hospitalario. Chile se rendía a mis sueños y un sueño cumplido aparecía en mi larga lista de felicidad.

Asistir al concierto de Britney, personaje fundamental en el desarrollo de mi vida social y superación personal, por más alucinantemente gay que parezca; viajar fuera del Perú, acabar mi carrera, conseguir un empleo adecuado para mí, tener de vuelta un iPod touch, conocer a alguien importante en mi vida, haber probado makis, ver a Manu Chao cantar en Vivo tan cerca de mi, tener a mi madre junto a mí como una gran amiga, verme más seguro, libre y sincero, haber conocido a personas maravillosas, legalizar contento y descubrir una verdadera música perfecta, han sido tan sólo algunas cosas de las maravillas que me han sucedido durante el tiempo que no he estado acá. Pareciera que alejándome del blog, mi vida entra en un estado de actividad casi sísmica, pero siento que esto es simbiótico, yo necesito del blog, el blog necesita de mi vida, y mi vida necita de mí y el blog. Sí que han pasado año y meses que han sonado ya a años, pero no lograba ordenar esta vida, sino hasta que silenciosamente, esta entrada del sitio me lo preguntara y yo, yo sé que necesito su campo, un espacio.


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