
Él - Ahh, es un disco de música electrónica, pero no de la común, es relajante. Te juro que si duermes escuchándola al día siguiente despiertas con una sonrisa - Sonaba muy bien la propuesta. No tenía el valor para pedirlo prestado, felizmente él me lo facilitó con buena vibra.
Al llegar a casa tomé mi discman Sony que

Algo similar a lo que producía en mi mente el disco Play
No detuve en ningún momento el CD, pasé la tarde así. No tenía internet en casa para entonces asi que sólo me quedó imaginar la apariencia del genio productor de este disco extraño. Me encanta caminar y para entonces también lo hacía, asi que al día siguiente tomé mis aparatos, los cuales escondi entre mis ropas; discman en bolsillo izquiero, audífonos bajo la gruesa capucha verde con negro que me gustaba usar y energía para caminar rumbo al malecón, donde tendría inmejorables imágenes para hacer videos musicales con mi vista. La pasé genial y a medida que lo repetía me sentía más alternativo en todo sentido. Era muy normal ver a Kike a los 16 y 17 años caminar ritmicamente por las calles solitarias durantes las tardes, de 5pm a 7pm, cerca al mar escuchando y gesticulando la letras de la canciónes (o las que yo imaginaba eran) o simplemente actuándolas. El hábito se convirtió en una necesidad y me ayudó a reposar la mente, asi como valorarme más y curar mi corazón.
Luego de Play vinieron otros, como Hotel y Last Night, buenos plasticones, pero ninguno se compara con el sonido bizarro de Play, y es que cada uno tiene diferentes clases de flujos y energías. No son nada comparables y la idea es evolucionar. A Play lo tengo en mi PC, no sólo a él sino también al disco extra que apareció: Play: B Sides, excelente, excelente. Asi comenzaron muchas cosas en el mundo electrónico. La primera: darme cuenta que la electrónica no tiene sólo beats y sonidos eternamente repetitivos, sino un submundo más amigable, cálido y libre.
El disco Play junto a otros, conforman mi discoteca básica de

Gracias Moby, gracias Renzo.
Gracias vida.